Aunque el fin de la Pandemia, a nivel mundial no ha llegado de forma oficlal, es decir, la Alerta Sanitaria aún está vigente desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), su director general Tedros Adhanom, advirtió hace algunas semanas que estamos en la fase final del virus Covid-19, porque las cifras de fallecidos han disminuido considerablemente en comparación con el año 2020. Todo esto llevó a que Estados Unidos y otras naciones como Chile, a disminuir las restricciones para los ciudadanos desde los Gobiernos y sus Ministerios de Salud.
El MINSAL en nuestro país ya anunció, que desde el 01 de octubre de 2022, todo el territorio continental avanza a Fase de Apertura, lo cual conlleva a cambios importantes en nuestras libertades ciudadanas. Esto es una gran noticia para el mundo y para los chilenos que hemos estado más de dos años con una serie de prohibiciones.
Volver a encontrarnos
No puedo expresar claramente o con real exactitud cual es el efecto más tóxico, negativo o nefasto que ha tenido la Pandemia en todos nosotros, pero sí puedo señalar algunos aspectos relevantes: presión mental, emocional, física y de fe en el sentido que han sido meses anormales donde se ha vivido con un tejido social roto o perforado y eso ha traído serias consecuencias de salud personal para miles de niños, niñas, jóvenes, adultos y ancianos.
Es transversal, y sin clase social, los daños invisibles pero notorios de las medidas sanitarias en todos y todas. Por eso ahora es importante el ‘volver a empezar’ pero con las personas justas y necesarias, porque hay muchos que en vez de mejorar en su calidad humana y comportamientos, empeoraron. Por eso la violencia desmedida, el descontrol y el poco aprecio por el otro.
Tendremos que seguir explorándonos cada uno de nosotros para descubrir en la primera experiencia de Apertura Sanitaria, como curarnos interiormente y auto-calmarnos para aportar a nuestra sociedad que está seriamente afectada y fragmentada. No podemos destruir más nuestras comunidades por el bien de los que vienen y de nosotros mismos que formamos parte, por ahora, de uno de los acontecimientos sanitarios más impactantes del Siglo XXI.